Y al final me vengo a dar cuenta del auto rojo.
Y de los caballos alrededor…
Y de que en el capot las manchas de óxido no se boran sin querocén puro.
Ahora entiendo el cielo
y entiendo dónde está
y de qué color quieren que sea.
Porqué sigo acá y porqué no tengo nombre.
Porqué tanto verde sólo puede existir entre rejas y porqué la lluvia nos quema en vez de mojarnos.
De mucho pensar recuerdo ferrocarriles y micros y autobuces.
Veo palabras concretas que se volvieron objetos.
Y veo… Veo…las que no pueden ser más que abstracciones sin sentido…
o mentiras.
Ya entiendo porqué instituciones y edificios ideales construidos por manos quebradas
que nunca fueron lo que son.
Pero que siempre serán los mismos.
Si, comprendo continentes que comprenden países y naciones.
Entiendo la burocrácia, la teocracia, las oligarquías y los mártires.
Los viajantes, los exiliados, los tiros, la mugre, los cuadros y sus arquitectos.
Comprendo la materia que comprende átomos que encierran sub-átomos que generan presión interna y expansión y muerte.
Recuerdo los chicos, el paco, los grandes, la prostitución, las calles, la tierra mojada.
Que me pediste una cerveza y la tomamos…
Recuerdo tu cara…
Recuerdo el capot…